Apoyo durante el duelo

El camino hacia la sanación no será fácil, habrá días que sienten que pueden vivir con el dolor, y otros días serán días de duelo. El duelo necesita ser sentido, validado y transitado paso a paso. No se trata de olvidar, sino de aprender a vivir con el dolor de la ausencia, y al mismo tiempo, con el amor inmenso que tu hijo o hija ha dejado en esta tierra.

Estas notas también podrán ayudar a quienes rodean a los padres en duelo, para comprender cómo estar presentes de una forma respetuosa y amorosa, siendo apoyo, sostén y compañía.

  • Como padre y madre, los primeros días después de una noticia tan devastadora son abrumadores y muy difíciles de transitar. Estás en shock, tu cuerpo y tu mente están en estado constante de alerta. Las tareas cotidianas te resultan difíciles y pueden parecer imposibles de lograr. 

    Está bien pedir ayuda, podés pedirle a las personas más cercanas a vos que se encarguen de tareas concretas como preparar comida, hacer diligencias, cuidar a tus otros hijos, atender a tu mascota o ayudarte con la limpieza de la casa.

    Como amigo o familiar de una mamá o papá en duelo, no hace falta esperar que te pidan ayuda para hacer algo por ellos. Para muchos padres, acercarse y pedir favores puede resultar muy difícil. Por eso, te sugerimos que tomés la iniciativa y les ofrezcas algo concreto que probablemente acepten, por ejemplo: enviarles comida preparada, apoyarlos con los quehaceres de la casa, acompañarlos en el hospital, hacer las compras del supermercado, visitarlos y hacerles compañía (sin hacerles muchas preguntas o comentarios), invitarlos a una actividad tranquila que sabes que les gusta. También podés considerar hacerles un regalo en memoria de su hijo o hija, que aunque ya no los acompaña físicamente, sigue siendo profundamente parte de su vida.

    Con el paso del tiempo, a los papás podrá brindarles consuelo que otras personas recuerden y mencionen a su hijo. Que otras personas lo recuerden es sentirse acompañados en el dolor y será como un abrazo al corazón. Esta también es una forma de mostrar empatía a los padres.

    Ver el apartado “¿Cómo hablarle a un padre/madre que está en duelo?” para más detalles.

  • Muchas personas creen que hablar de tu bebé te va a poner más triste, y por eso evitan mencionarlo. Pero lo que vos sentís en el corazón es esa necesidad profunda de que su vida sea validada, de que no sea olvidada.

    Si sentís el deseo de nombrarlo, hacelo, hablar de tu bebé es parte del proceso de duelo porque validar su existencia también es una forma de sanar. No tengas miedo de decir su nombre las veces que sea necesario, y comunícale a las personas que te rodean que mencionarlo no es un tabú, sino un gesto de amor.

    Al mismo tiempo que habrán personas que saben cómo acercarse a vos, habrán otras personas que no encuentran qué palabras decir, o que no decir, y que no encuentran la manera más adecuada de actuar cerca de vos. Las personas tienen buenas intenciones, y si dijeron algo que te hirió no habrá sido intencionalmente.

  • Realizar actividades que te permitan estar en el presente de manera activa para cuidar de tu salud mental, te ayuda a no quedarse atrapadados en la tristeza por el pasado ni angustiarse por lo que viene en el futuro. Algunas opciones de actividades podrían ser: hacer ejercicio, practicar algún deporte, cocinar, hacer manualidades, visitar tus lugares favoritos, escuchar música o meditar.

    Hablar con alguien para desahogarte. Puede ser tu pareja, un terapeuta, un familiar o una persona de confianza con quien podás hablar de tus sentimientos sin temor. Apoyarte en las personas de mayor confianza te hará bien y, ellos estarán contentos de acompañarte. Si sentís que querés mantener tu dolor privado, está bien que te apoyés en una lectura, videos o artículos que te ayuden a transitar el dolor.

    Permitirte sentir el dolor. Durante los días grises, los días en que sientan que el dolor regresó como el primer día y las fechas importantes, intentá darte permiso de ir con más calma y más despacio para asimilar lo que estás sintiendo. Aceptar lo que te duele hoy, permitirá que mañana sepás manejar mejor ese dolor. No hay receta mágica para seguir adelante, más que la paciencia y la calma.

    • Permitirles sentir sus sentimientos y escucharlos sin juzgar.

    • Acercate a ellos, continuamente. Talvez algunas veces te rechazarán, pero siempre recibirán tu atención y preocupación con mucho agradecimiento.

    • Ofrecer silencio. Algunas veces los padres necesitan calma y tranquilidad.

    • No comparar su dolor. El dolor de perder a un hijo es insoportable e indescriptible, y todos los duelos son distintos.

    • No ofrecer consejos vacíos y fuera de lugar.  La empatía lo es todo. Antes de hacer ningún comentario, mejor pensar, ¿qué me gustaría escuchar si estuviera en su lugar?.

    • Enviarles un mensaje corto para hacerles saber que estás pensando en ellos, que están cerca de vos.

    • Hacerles un regalo que recordará la memoria de su hijo o hija.

    • Cuando sea el momento adecuado, haceles saber a los padres lo que su bebé significaba para vos.

    Que NO decir: 

    • No estaba destinado a ser. Todo sucede por una razón. Era el plan de Dios.

    • Dios necesitaba más a tu bebé. Dios necesitaba otro ángel. Ahora tienes un ángel.

    • Puedes intentarlo de nuevo. La próxima vez tendrás a tu hijo/a. La próxima vez serán gemelos.

    • Cuando llegue el momento, vas a tener a tu bebé.

    • Quizás había algo mal con el bebé. Tu cuerpo no estaba listo.

    • Fue para bien. Todo pasa por algo.

    • Tu bebé está en un mejor lugar ahora.

    • Eres tan fuerte. Nunca podría soportar esto. Serás más fuerte gracias a esto.

    • Dios no nos da más de lo que podemos soportar.

    • Supéralo. Tienes que dejarlo ir.

    • Imagínate si el bebé hubiera sido mayor, habría sido mucho peor.

    • Por lo menos no lo tuviste mucho tiempo.

    • Al menos tenés a tus otros hijos (en caso aplique).

    • No eres una verdadera madre hasta que…

    • Avísame si hay algo que pueda hacer. (Gesto vacío, es mejor HACER algo sin que te lo pidan).

    • No decir nada. Estar ausente. Ignorar la vida y la muerte del bebé. Fingir que no pasó nada.

  • Después de una pérdida, pensar en un próximo embarazo podrá resultarte angustiante y preocupante. Podés considerar algunos puntos que te ayudarán a vivir un próximo embarazo con más calma.

    Estas son algunas recomendaciones para preparase física y mentalmente:

    Para la mujer:

    • Consultar con tu doctor sobre los estudios médicos posteriores a una pérdida gestacional.

    • En caso de una pérdida perinatal o neonatal, realizar tus chequeos postparto para saber cómo está tu salud física posterior al embarazo.

    Para ambos padres:

    • Consultar con el gineco-obstetra sobre la información médica que te preocupa, tener a la mano información que aclarare tus dudas podrá tranquilizarte.

    • Conseguir la información que considerés valiosa para darte paz. 

    • Crear juntos un plan de cómo quisieran vivir un próximo embarazo, viviendo paso a paso, y poniendo atención a lo que más les preocupa.

    • Acompañarse con un terapeuta o un guía espiritual que los acompañe a gestionar sus preocupaciones.